Porque éstos contribuyen a mantener una buena salud durante la infancia, debido a su potencial antioxidante y a que intervienen en los mecanismos de desarrollo y mantenimiento de la cognición y la visión.

El contenido de carotenoides en el ojo está presente en diferentes proporciones en la retina, la edad afecta a la estructura y densidad del pigmento macular, que consiste en luteína, zeaxantina, meso-zeaxantina, isómeros de zeaxantina y derivados de la luteína.

La zeaxantina en el recién nacido y en la madre está relacionada con la densidad óptica del pigmento macular (DOPM) en los recién nacidos. La DOPM infantil depende del nivel de carotenoides de la madre y después del nacimiento, el método de alimentación del bebé es importante para mantener la concentración de carotenoides. Los neonatos alimentados con leche materna tienen un DOPM mayor que los alimentados con fórmula. La exposición temprana a los carotenoides puede ser un indicador importante de DOPM en la edad adulta.

Hay evidencia de la importancia de los carotenoides en las funciones cognitivas y su ingesta mejora el funcionamiento cognitivo en adultos y ancianos. Estudios en animales y humanos, sugieren la relación entre una ingesta suficiente de carotenoides, procedentes de frutas y verduras o de suplementos y fórmulas, y la disminución de las probabilidades de deterioro en el rendimiento cognitivo y las enfermedades crónicas.

Los tejidos nerviosos captan carotenoides, especialmente la luteína, que constituye el 59% de todos los carotenoides en los lactantes, mientras que su proporción en los adultos es sólo del 31%. Por sus efectos benéficos, la luteína es uno de los carotenoides más investigados. Su ingesta suficiente durante el periodo neonatal es de vital importancia, debido a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, así como a su papel en el desarrollo del sistema nervioso y visual. En las primeras etapas de la vida, los estímulos visuales son factores necesarios para el desarrollo cerebral y los procesos cognitivos del niño.

Como la mayoría de las fórmulas infantiles carecen de carotenoides, el nivel de carotenoides de los recién nacidos y los lactantes depende del estado nutricional de la madre y de su método de lactancia. El papel de la zeaxantina y la luteína en el desarrollo de los sistemas visual y nervioso sólo se ha observado en modelos animales. Por lo tanto, se necesitan más estudios para profundizar en el conocimiento de los carotenoides en la salud materna e infantil.

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