
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alcanzaron este domingo un acuerdo para resolver su disputa comercial sobre el aumento de aranceles.
El acuerdo establece gravámenes del 15 % para productos europeos y compromete al bloque europeo a inversiones adicionales, así como adquisiciones de energía y armamento.

El presidente norteamericano concretó que el acuerdo incluye un arancel del 15 % sobre los bienes de la Unión Europea que entran a Estados Unidos.
Bruselas efectuará compras de energía a Estados Unidos por valor de 750.000 millones de dólares, inversiones por valor de 600.000 millones de dólares y la adquisición de una “enorme” cantidad de equipo militar norteamericano. El presidente no concretó este último aspecto.
Al fin de la reunión de poco más de una hora, Von der Leyen dijo que es “un buen acuerdo”. Por su parte, Trump dijo que el entendimiento alcanzado es bueno “para todos”.
Se trata de “un acuerdo comercial entre las dos mayores economías del mundo. Es un acuerdo enorme”, dijo Von der Leyen.
El acuerdo pactado en Turnberry, Escocia, salva la amenaza del mandatario estadounidense que dio a Bruselas hasta el 1 de agosto o de lo contrario impondría un 30 % de aranceles generalizados sobre las producciones europeas a partir de ese momento.

Cabe recordar que, desde el pasado abril, Estados Unidos impone a las exportaciones europeas un arancel mínimo del 10 %, que en un primer momento anunció del 20 %, pero redujo a la mitad como un gesto de “tregua” para negociar un acuerdo con la UE. De momento no han trascendido las cifras concretas del acuerdo.
En su encuentro previo a la reunión, el presidente estadounidense ya anticipó que no contemplaba, incluso en el caso de alcanzar un acuerdo, que los aranceles comerciales de la Unión Europea fueran a ser serán inferiores al 15 %, algo con lo que ya contaban las autoridades de Bruselas.
Desde que retornó a la Casa Blanca, Trump adoptó una nueva política comercial basada en elevados aranceles a las importaciones, que en el caso de la UE hubiesen podido llegar a 30 %.
Ante ese cuadro, la UE se empeñó en lograr una solución negociada para evitar una guerra comercial de consecuencias imprevisibles.
Simultáneamente, la UE había avanzado en la definición de un enorme paquete de represalias para al caso de que los esfuerzos negociadores no prosperen.
*Con información de Europa Press y AFP