
Se ha emitido una alerta máxima en Estados Unidos ante una posible amenaza terrorista vinculada a las celebraciones del 4 de julio.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el FBI habrían publicado un boletín conjunto donde advierten sobre el riesgo de ataques perpetrados por actores solitarios o grupos extremistas menores durante eventos multitudinarios en ciudades como Nueva York y San Francisco.
Aunque no se han identificado amenazas específicas contra espectáculos de fuegos artificiales, las agencias consideran que existen condiciones propicias para acciones violentas motivadas tanto por agravios políticos, religiosos, raciales o étnicos, como por inspiración en conflictos internacionales, particularmente el enfrentamiento EE. UU.–Irán tras los recientes bombardeos a infraestructuras nucleares en Irán.
El DHS emitió el 22 de junio de 2025 un aviso que clasifica las amenazas como “elevadas” hasta el 22 de septiembre, enfatizando el riesgo de ataques independientes o inspirados por grupos extranjeros como Hamas, Hizbolá y Houthis; además de posibles ciberataques por parte de hackers afiliados a Irán.
En respuesta, las autoridades han reforzado los protocolos de seguridad en zonas concurridas. Se espera presencia masiva de efectivos del FBI, DHS, policía estatal y local, vigilancia aérea y marítima, drones y unidades de detección de explosivos.
En Nueva York, por ejemplo, el NYPD desplegará controles en puentes, carreteras, trenes y puntos de acceso al show de fuegos artificiales del Macy’s, aunque recalcan que “no existe actualmente una amenaza creíble”. En San Francisco se ha emitido un aviso especial por su evento en el muelle, que congregará a más de 200.000 personas, considerado un “objetivo blando”.
Expertos como Michael Verden, exagente del Servicio Secreto, han advertido que estos escenarios son propensos a ataques de lobos solitarios, incluidos atentados vehiculares o con drones, siguiendo patrones como el incidente del Día de Año Nuevo en Nueva Orleans.
Verden recomienda vigilancia ciudadana, familiarizarse con rutas de evacuación y reportar actos sospechosos mediante la campaña “If You See Something, Say Something”.
La coordinación entre agencias federales, estatales y locales se ha intensificado también en infraestructuras críticas: aeropuertos, estaciones de tren, puentes y túneles cuentan con protocolos activados para este fin de semana festivo.
Se mantienen activos equipos antibombas, unidades caninas, drones de reconocimiento y vigilancia cibernética para detectar posibles amenazas digitales.
Aunque la población no debe alarmarse, se subraya la importancia de mantenerse alerta. Ciudadanos y visitantes deben reportar actividades inusuales, evitar dejar objetos sin supervisión y estar atentos a indicaciones de seguridad en eventos públicos.
Según un portavoz del DHS, “este nivel de alerta no responde a una amenaza específica, sino a un entorno de riesgo elevado motivado por eventos globales”.
El despliegue preventivo responde a una evaluación de inteligencia que alerta sobre lobos solitarios inspirados en conflictos internacionales y extremistas domésticos.
Aunque no hay amenazas concretas, la combinación de grandes multitudes, tensiones globales y precedentes recientes justifica un operativo de alta vigilancia. Las autoridades instan a la prudencia, colaboración ciudadana y disfrute responsable del feriado.