En los últimos días, la preocupación por la gripe ha vuelto a crecer entre los ecuatorianos. Medios y autoridades sanitarias internacionales alertaron sobre un incremento de contagios de influenza A H3N2, en especial de la denominada variante K, en países de Europa y Estados Unidos. En México hay casos confirmados y, recientemente, Perú se declaró en alerta sanitaria por posibles casos en el país vecino.
Si bien en Ecuador las autoridades de salud han señalado que la vigilancia epidemiológica se mantiene activa, el Ministerio de Salud Pública (MSP) ha reiterado la importancia de no bajar la guardia frente a los virus respiratorios, sobre todo en temporadas de mayor circulación. En este contexto, resulta clave conocer qué es la gripe H3N2, cuáles son sus síntomas y cuándo acudir a un establecimiento de salud.
Principales síntomas de la gripe H3N2
La influenza A H3N2 suele presentarse con síntomas de inicio brusco. Uno de los signos más frecuentes es la fiebre alta, que puede superar los 38 grados, acompañada de escalofríos, malestar general y una marcada sensación de cansancio.
El dolor muscular y articular es otro síntoma característico. Muchas personas experimentan dolores intensos en piernas, espalda y brazos, lo que dificulta la realización de actividades cotidianas. A esto se suma el dolor de cabeza persistente, que puede variar de moderado a intenso.
En cuanto a los síntomas respiratorios, la gripe H3N2 suele causar tos seca, dolor de garganta y congestión nasal. Con el paso de los días, la tos puede intensificarse. También pueden presentarse secreción nasal y estornudos, aunque estos últimos son más frecuentes en resfríos comunes que en la influenza.
El cansancio extremo es otro signo distintivo. A diferencia de un resfriado, la gripe puede provocar un agotamiento prolongado, incluso cuando la fiebre ya ha disminuido. En niños y adultos mayores, además, pueden aparecer náuseas, vómitos o diarrea, aunque estos síntomas gastrointestinales son menos comunes en adultos jóvenes.
¿Qué es la gripe H3N2?
La gripe H3N2 es una variante del virus de la influenza A, uno de los tipos que circulan con mayor frecuencia a nivel mundial. Su transmisión ocurre principalmente a través de gotitas respiratorias expulsadas al hablar, toser o estornudar, así como por el contacto con superficies contaminadas y el posterior contacto con la boca, nariz u ojos.
De acuerdo con autoridades sanitarias regionales, este tipo de influenza suele estar asociado a cuadros más intensos, especialmente en adultos mayores, niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas. Por ello, se insiste en la vacunación anual contra la influenza, ya que reduce el riesgo de complicaciones graves, hospitalizaciones y fallecimientos.
Entre las posibles complicaciones de la gripe H3N2 se encuentran la neumonía, infecciones bacterianas secundarias y la descompensación de enfermedades preexistentes, lo que hace indispensable la evaluación médica cuando los síntomas son persistentes o severos.
Variante K de la influenza H3N2
La denominada variante K de la influenza H3N2 ha sido identificada recientemente en brotes registrados en Europa y Estados Unidos. Esta subvariante presenta cambios genéticos que podrían favorecer una mayor transmisión, lo que explicaría el aumento de casos en determinadas regiones. No obstante, hasta el momento, no se ha demostrado que provoque cuadros más graves que otras variantes del H3N2.
Las autoridades sanitarias han reiterado que los sistemas de vigilancia permiten identificar la circulación de distintas cepas y adoptar medidas oportunas. Entre las principales recomendaciones se mantienen la vacunación, el uso de mascarilla en personas con síntomas respiratorios, el lavado frecuente de manos y la ventilación de espacios cerrados.
Conocer los síntomas de la gripe H3N2 y las características de la variante K permite a la población actuar con responsabilidad, evitar la automedicación y buscar atención médica a tiempo. La prevención y la información continúan siendo herramientas clave para reducir el impacto de la influenza en la salud pública.

