
El nuevo centro para la detención de inmigrantes, en los Everglades de Florida, es una de las medidas que apoya la fuerte política antimigratoria de la administración Trump.
Previamente se había anunciado que el miércoles 2 de julio, en la noche, se recibiría un primer grupo de migrantes.
Un portavoz de James Uthmeier, fiscal general estatal, le confirmó a The Associated Press que ya llegaron las primeras personas al sitio.
Uthmeier aseguró en su cuenta de X lo siguiente: “Próxima parada: de vuelta a donde vinieron”. El republicano es una de las mentes detrás del centro de reclusión para inmigrantes bajo custodia.
Se espera que más datos sean entregados oficialmente por el gobernador republicano Ron DeSantis.
Los inmigrantes que sean arrestados por agentes del orden de Florida serán llevados a la instalación, según un funcionario de la administración de Donald Trump.
Aquí, los agentes de inmigración pueden interrogar a personas bajo custodia que esperan su eventual deportación.
Historia de Alligator Alcatraz
Ubicado en medio de pantanos infestados de caimanes, este complejo fue utilizado entre 1970 y 1990 para albergar a los reclusos más peligrosos del sistema penitenciario de Florida.
El apodo de Alligator Alcatraz no es casualidad: los presos debían enfrentar no solo el riguroso confinamiento, sino también la amenaza constante de reptiles y las condiciones climáticas adversas.
Según reportes históricos, varios intentos de fuga terminaron en tragedia, lo que valida su reputación siniestra.
Antes de la construcción del centro de detención, el sitio era un macabro atractivo para turistas y cazadores de lo paranormal, que aseguran escuchar gritos fantasmales entre los restos oxidados de las celdas.
Las autoridades locales advierten que visitar las ruinas es peligroso, tanto por la infraestructura deteriorada como por la fauna salvaje.
Hoy, Alligator Alcatraz permanece como un oscuro recordatorio del sistema penal del siglo XX, y ahora es símbolo de la política antimigratoria de Donald Trump.