Hay un adagio muy conocido que señala que siempre todo puede ser peor. Y eso es justamente lo que acaba de suceder este domingo en la ya muy tensa relación entre Gustavo Petro y Donald Trump.
Todo había comenzado en la mañana cuando, de manera sorpresiva, el primer mandatario norteamericano había señalado al colombiano de ser “líder del narcotráfico”.
Para este momento, Colombia ya había sido sacudida por la Casa Blanca. El país fue descertificado en la lucha antidrogas y, luego, el Departamento de Estado había tomado la decisión de retirarle la visa al primer mandatario.

Sin embargo, la acusación al primer mandatario de ser un “líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas, tanto en campos grandes como pequeños, por toda Colombia”, cruzaba una línea que pocos anticipaban.
El jefe de la Casa Blanca no entregó mayores detalles de las razones de ese calificativo tan grave, pero dejó claro lo que pensaba: “Petro no hace nada para detenerlo, a pesar de los pagos y subsidios a gran escala de EE. UU.”.
En palabras sencillas, Trump, sobre todo, acusaba a Petro de inacción y le hacía una advertencia: “El propósito de esta producción de drogas es la venta masiva de productos a Estados Unidos, causando muerte, destrucción y estragos. Petro, un líder poco reconocido y muy impopular, con una actitud fresca hacia Estados Unidos, debería cerrar estos campos de exterminio de inmediato, o Estados Unidos se los cerrará, y no será bien recibido”.
El primer mandatario colombiano ha buscado una respuesta así de radical de Trump desde el comienzo. No hay que olvidar que fue el primer jefe de gobierno que decidió mostrarle los dientes y rechazar el aterrizaje de los migrantes deportados a Colombia en enero.
El episodio enfureció a la Casa Blanca que, ese mismo día, anunció aranceles al país y otros castigos, pero la diplomacia de muchos aliados de Colombia, incluidos los más firmes opositores a Petro, lograron recomponer la situación en apenas unas horas. La amenaza, sin embargo, quedó ahí latente.
El primer mandatario colombiano ha dejado claro que no le copia a la Casa Blanca en varios momentos, por ejemplo, cuando rechazó la extradición de tres señalados narcos a los Estados Unidos, pero decidió arremeter con toda en la pasada Asamblea General de la ONU en Nueva York.

Allí, no solo lanzó un discurso incendiario ante el pleno de los mandatarios, en contra del papel de Estados Unidos en Gaza y el despliegue militar en el Caribe contra las drogas, sino que salió a las calles de Nueva York a pedirle al ejército que no siguiera las órdenes del presidente norteamericano, su primer comandante. Ese acto le valió el retiro de su visa, una vez regresó al país.
Pero se sabía que ese no era el punto final. Ad portas de la campaña presidencial, el primer mandatario ha levantado la bandera antiyanqui y se anticipa que será uno de los temas centrales de esa carrera que ya comenzó.
Mientras tanto, a Colombia, la factura le saldrá carísima. Desde el Air Force One este domingo, el presidente Trump confirmó que impondrá aranceles al país.
“El senador Graham está en lo correcto”, respondió a un periodista. El congresista republicano había puesto un trino en el que contaba que había tenido “una muy buena discusión hoy con el presidente Trump sobre su compromiso de perseguir a aquellos países que apoyan el narcotráfico contra nuestra gran nación”.
Y agregó que sabía que la Casa Blanca “va a golpear a Colombia, no solo a sus narcotraficantes, sino también donde más le duele: en el bolsillo”.
Los aranceles a Colombia podrían llegar a ser devastadores. “Colombia puede verse severamente afectado por una decisión de sanciones o de aranceles por parte de los Estados Unidos de América. Esos aranceles podrían hacernos perder competitividad en productos claves de nuestra economía, como el café, como las frutas, como las flores, como las confecciones, incluso hasta productos del sector minero, de hidrocarburos y de otros sectores de la economía”, explica el rector de la EIA y exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo.
“Eso significaría eventuales afectaciones a millones de empleos que se generan en el país en esos sectores. Solamente hablar de 500.000 cafeteros, más de 200. 000 personas, la mayoría mujeres y madres cabeza de familia en el sector floricultor y qué no decir del sector de frutas, que es tan importante para los territorios del país”, agrega.
El exministro Jorge Humberto Botero había explicado en una reciente entrevista en SEMANA que los aranceles retaliatorios podrían tener un impacto muy negativo en el país.
“Mi impresión es que Petro está jugando a un deterioro mayor de las relaciones con Estados Unidos, sobre la expectativa política –en lo cual podría no estar equivocado– de que se va suscitando un ambiente y un sentimiento antinorteamericano del que él y su grupo político pueden ser beneficiarios», dijo.
Pero había advertido que si eso generaba aranceles punitivos, como fue el caso de Brasil, el país podría tener consecuencias muy nefastas.

“Nosotros exportamos unos cuantos productos del agro: café, flores, banano, aguacate y, también, manufactura liviana. Si nos imponen aranceles diferenciales, e insisto: diferenciales, podría ser catastrófico para Colombia. Podemos tener un estrangulamiento de la balanza de pagos. Eso puede generar una devaluación del peso, que no se ha producido hasta ahora, por fortuna”, había advertido.
CNN aseguró que Trump dará el anuncio más detallado de aranceles este lunes. Por ahora, no se sabe cuál es la tarifa, lo cual es determinante para calcular los impactos. Lo que sí se sabe es que estos se producirán y que el efecto siempre será negativo.