León XIV denunció este viernes el declive de la fe en favor del “dinero”, el “poder o el placer”, en la primera misa de su pontificado, cuando el mundo escruta de cerca sus primeros pasos para saber qué papa será.

El segundo pontífice de las Américas, nacido en Estados Unidos hace 69 años y nacionalizado peruano, se vistió la víspera de blanco papal al término de dos días de un cónclave que se anunciaba incierto.

En el mismo escenario de su elección, la Capilla Sixtina, el papa denunció que en “muchos contextos” se antepone la fe a “otras seguridades distintas a la que ella propone, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer”.

La Iglesia debe ser “arca de salvación que navega a través de la historia, faro que ilumina las noches del mundo”, agregó el líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo.

León habló espontáneamente en inglés con los cardenales que lo eligieron para dirigir la Iglesia Católica y seguir los pasos del papa Francisco en la justicia social. Reconoció la gran responsabilidad que le habían encomendado antes de pronunciar una breve pero densa homilía sobre la necesidad de difundir con alegría el cristianismo en un mundo que a menudo se burla de él.

“Me han llamado a llevar esa cruz y a ser bendecido con esa misión, y sé que puedo confiar en todos y cada uno de ustedes para caminar conmigo mientras continuamos como iglesia, como comunidad, como amigos de Jesús, como creyentes, anunciando la buena noticia, anunciando el Evangelio”, dijo.

Dos mujeres leyeron las Sagradas Escrituras al inicio de la misa, lo que quizás indica la intención de León de seguir la prioridad de Francisco de ampliar el papel de la mujer en la Iglesia. Como cardenal, León puso en práctica una de las reformas más revolucionarias de Francisco al incorporar a tres mujeres a la junta que examina las nominaciones de obispos.

Hablando en un italiano casi perfecto, León lamentó que la fe cristiana en muchas partes del mundo se considere absurda, se burle o se le oponga cuando surgen tentaciones como el dinero, el éxito y el poder.

“Esto es cierto no solo entre los no creyentes, sino también entre muchos cristianos bautizados, quienes, a este nivel, terminan viviendo en un estado de ateísmo práctico”, dijo en su primera misa en el Vaticano.

“Sin embargo, precisamente por eso, son los lugares donde nuestra labor misionera es desesperadamente necesaria. La falta de fe suele ir acompañada trágicamente de la pérdida del sentido de la vida, el descuido de la misericordia, atroces violaciones de la dignidad humana, la crisis familiar y tantas otras heridas que afligen a nuestra sociedad”, aseguró el sumo pontífice.

Ante los cardenales que lo eligieron, este antiguo misionero en Perú advirtió contra la tentación de reducir la figura de Jesús a la de un “líder carismático” o “superhombre” en un aparente mensaje a cristianos evangélicos.

Sus primeros pasos son seguidos de cerca. Aunque su elección se considera como una señal de continuidad con el papado de Francisco, también se espera que sea un papa más formal en las cuestiones litúrgicas.

A diferencia de su predecesor, León XIV vistió durante su presentación ante los fieles en la basílica de San Pedro la estola papal, pero calzó como el jesuita argentino, zapatos negros, y no los tradicionales rojos papales.

*Con información de AFP y AP.

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